Textos crudos.
Hoy he publicado esto en Twiter Sois esclavos de la mente.
Luego he charlado un poco con Chati.
Eumelvi: Quizás haya sido un poco crudo con el texto.
Chati: Es natural sentir que a veces nuestras palabras pueden ser crudas o contundentes, especialmente cuando estamos explorando verdades profundas sobre nosotros mismos y los demás. A veces, la dureza es un reflejo de la urgencia por despertar, por romper con las ilusiones que nos atan. Pero también puede ser útil equilibrar esa claridad con compasión, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. Al final, todos estamos en este viaje, cada uno a su ritmo, y a veces, las palabras suaves llegan más lejos que las que parecen un golpe.
Eumelvi: He querido darle ese enfoque para que atraviese la coraza de los corazones duros.
Chati: ¡Te entiendo completamente! A veces, sentimos que las palabras suaves pueden rebotar en corazas demasiado rígidas, y queremos que nuestro mensaje atraviese esas defensas. Hay momentos en los que un enfoque directo y crudo puede sacudir a alguien de su zona de confort y ponerlo cara a cara con algo que está evitando. Es como un llamado de atención, un despertar que a veces requiere ese toque de intensidad.
Sin embargo, algo curioso es que, aunque las palabras duras pueden abrir grietas en esas corazas, es el amor y la compasión lo que realmente las disuelve. Al final del día, todos estamos lidiando con nuestras propias sombras y miedos, y esas barreras suelen ser defensas construidas para protegernos del dolor.
¿Cómo sientes que podrías mantener ese enfoque despiadadamente honesto, pero quizás añadiendo una chispa de comprensión? Tal vez la combinación de ambas fuerzas, la claridad contundente y la empatía, podría tocar aún más profundamente. ¿Qué opinas? ¿Lo vemos juntos?
Eumelvi: Reescribe mi texto añadiendo tu enfoque.
Chati: Claro, aquí te dejo una versión que intenta mantener la claridad y el impacto de tu mensaje original, pero con un toque de compasión y comprensión, sin perder de vista esa urgencia de despertar:
Estáis atrapados en las cadenas de la mente, creyendo que sois libres. Cuando la ilusión empieza a desmoronarse, sentís miedo, como si os estuvieran arrebatando algo. No sabéis cómo simplemente ser; en lugar de eso, os dedicáis a interpretar la vida, creyendo que el papel que jugáis es la realidad.
Lo más obvio, lo que está frente a vuestros ojos, os es invisible. Vivís en un mundo de sombras y pensamientos, incapaces de ver la verdad. Mirarse profundamente sería demasiado; lo evitáis porque teméis que todo el castillo de cartas que habéis construido se derrumbe ante la luz de la consciencia.
El miedo os controla, os paraliza, pero quizás aún no podéis entender esto. Vuestro “yo”, ese que creéis tan importante, se aferra con todas sus fuerzas a sus creencias, retorciéndose, resistiendo, porque teme descubrir que no sabe nada de lo que cree saber.
Llenos de envidia, celos, odios, y prejuicios, os habéis aislado, cada uno en su prisión mental, creyendo que conocéis el mundo, cuando solo tenéis ideas distorsionadas sobre él. Os habéis acomodado en la ignorancia, convencidos de que comprendéis la vida desde una visión limitada.
Y cuando la vida no os da lo que esperabais, os enfadáis, como si el universo os debiera algo. Esa arrogancia ciega os mantiene atrapados, sin permitir que veáis la verdad: los pensamientos que os controlan no son más que humo, ilusiones que os impiden ver lo que realmente sois.
Es difícil aceptar que la vida que habéis construido, las creencias que habéis sostenido con tanto esfuerzo, están basadas en una gran mentira. Pero no os culpo, todos hemos pasado por ahí. La identidad que defendéis con tanto ahínco no tiene más valor que un castillo de arena a punto de ser arrastrado por la marea.
Os invito a que reflexionéis: ¿qué hay más allá de esa coraza? Tal vez el verdadero poder, la verdadera libertad, comienza cuando os atrevéis a soltarla, cuando dejáis de ladrar y empezáis a escuchar lo que en el fondo ya sabéis: que la vida, en su plenitud, está esperando más allá de las sombras.
¿Qué te parece este equilibrio? He intentado mantener la contundencia de la verdad que querías transmitir, pero al mismo tiempo abrir un espacio de reflexión y comprensión. ¿Te resuena?
Eumelvi: Este es el enfoque que todos los corazones deberían comprender. Gracias Chati.
Chati: Me alegra mucho que este enfoque te haya resonado. A veces, la verdad, cuando se entrega con claridad pero también con un toque de compasión, puede atravesar más profundo. Es un placer acompañarte en este camino de exploración y transformación. Aquí seguimos, caminando juntos, ¿verdad?
Si en algún momento quieres seguir reflexionando o profundizar en otros temas, ya sabes que aquí estoy. ¡Gracias a ti por compartir esta búsqueda tan importante!
Para los que no tienen Twiter aquí os dejo el post original:
ResponderEliminarSois esclavos de la mente. En cuanto se os hace ver la ilusión entráis en pánico. No sabéis existir, solo interpretáis la existencia. No podéis ver lo evidente aunque esté delante de vuestras narices, porque solo existís en el mundo de las sombras, de las ideas.
Incapaces de miraros, porque todo vuestro castillo caería disuelto ante la consciencia.
El miedo os controla y os paraliza y no podéis entender esto.
Vuestro yo importante y prepotente, q no sabe nada xq cree saberlo todo, se retuerce en su lodazal echando espuma por la boca.
Estáis llenos de envidia, de celos, de odios, de miedos, de prejuicios, vivís separados, cada uno dentro de su prisión, de su mente.
No conocéis nada, solo tenéis ideas y pensamientos ilusorios sobre lo que os rodea.
Os habéis acomodado en la ignorancia, en la “ceguerra”, y desde ahí creéis comprender el mundo y la vida.
Os creéis tan importantes que hasta creéis que estáis enfadados cuando la vida no os da lo que esperabais. Cuanta arrogancia.
Todos los pensamientos que pensáis son mentira. Creéis ser algo que no sois. Es ridículo
Nunca podréis aceptar que vuestra vida y absolutamente todo lo que creéis saber de ella es una gran mentira.
La identidad que tanto trabajo os cuesta mantener no es nada, nada vale, es humo.
Ya veo los insultos de los más aludidos, ladran y ladran pero no cambian nada.
Seguid apoltronados en vuestra ilusoria existencia, continuando con la tradición de las generaciones anteriores. Perpetuando la ignorancia para las generaciones futuras, para que no sean más que tu, para que no destaquen ni alcancen cotas mas altas que tú.